Los mejores restaurantes de Santander

Pese a la excelente carne de vacuno y a los apreciados quesos de Cantabria, el mar es el gran protagonista de la gastronomía de Santander. Así que prepárate para una gran experiencia culinaria marina en los restaurantes de la ciudad, ya sea saboreando unas deliciosas rabas en una tasca, comiendo un pescado súper fresco en el Barrio Pesquero o paladeando unas anchoas de Santoña en una terraza con vistas al Cantábrico.

Las principales zonas de restaurantes para comer en Santander

Santander tiene varias zonas gastronómicas en las que se concentran un buen número de restaurantes de gran nivel. Desde el barrio de Puertochico, en los alrededores de Puerto Deportivo, hasta el revalorizado y alternativo Río la Pila, pasando por la tranquila zona centro, ideal para ir de tapeo, con un buen número de bodegas y restaurantes. O El Sardinero, con numerosas terrazas para disfrutar de una comida con vistas. Y también el Barrio Pesquero, en el que los peces van casi directamente de la redes de pesca a la cocina.

Pescado fresco y restaurantes tradicionales en el Barrio Pesquero

La zona del Barrio Pesquero, con sus tascas y restaurantes, es una de las preferidas por los amantes del pescado y el marisco. En El Muelle del Barrio Pesquero te ofrece, entre semana, platos marinos como la marmita de langostinos, la parrilla de mariscos o unas excelentes rabas, lo más típico de Santander. Y en La Gruta de José, un acogedor restaurante ambientado como una auténtica cueva, sirven mariscadas, pulpo a la parrilla o cigalas a la sartén, entre otros.

Restaurantes baratos en el centro de Santander

La zona centro es un buen lugar para encontrar restaurantes baratos, con menús económicos o precios asequibles, y también establecimientos de cocina internacional. En el Bistró de Nikóla encuentras las dos cualidades, pues puedes obsequiarte con una auténtica comida rusa a muy buen precio con guisos como la sopa borsch, los pelmeni rellenos de carne y, de postre, unos pastelitos de Belem. Si prefieres la comida italiana, en Porto Piccolo te esperan unas pizzas y pastas muy sabrosas y asequibles.

Los mejores restaurantes para cenar en Santander

La cena es otra buena ocasión para probar el arte culinario local y conocer las zonas más vibrantes en la noche de Santander. En el centro, el Bar Covers, en el revitalizado barrio Río la Pila, es un buen sitio para cenar barato con una oferta culinaria económica acompañada de actuaciones en directo, ideal para pasar la noche en pareja o con los amigos.

Restaurantes para una cena animada cerca del centro de Santander

Las calles Vargas y San Fernando y aledañas, muy cerca del centro, son también una interesante zona de tapeo y con una concentración restaurantera y precios razonables bastante frecuentada a la hora de cenar. El Café Restaurante Puente te puede animar la noche con una ensalada de pulpo y langostinos con vinagreta de tomate y unas albóndigas de calamar en salsa de tinta.

Restaurantes con encanto para una comida inolvidable en Santander

Si lo que estás buscando es un restaurante con encanto para una experiencia gastronómica que quede para siempre en tu álbum de memorias culinarias, en Santander tienes varias opciones. En la Casona del Judío, te sorprenderás con las elaboraciones de Sergio Bastard como el bogavante con emulsión de pomelo asado o el caviar con oblea de algas en el marco de una bella casona indiana del siglo XIX. Y en Cormorán by Sergi Arola, el chef te deleitará con su fondue de queso Tresviso o su bacalao salteado con lenteja y alioli de membrillo mientras gozas de unas espléndidas vistas de la playa de El Sardinero.

Los restaurantes con las mejores vistas de Santander, en El Sardinero

En barrio El Sardinero puedes encontrar otros restaurantes menos sofisticados e igualmente con soberbias vistas, como La Atalaya de Mayte, y su agradable terraza en la que recrearte con unas croquetas de mejillón, un bistec al whisky o unas anchoas de Santoña. O Marea Alta, que pone a tu disposición imaginativos platos como la ensalada de langostinos, pasas, piñones y piña o la tortilla de bacalao y guindilla verde, así como un menú degustación igual de original.

Vayas donde vayas, las calles de Santander son un vivero de restaurantes que te sorprenderán con su sabor, su materia prima y su creatividad.