Chuches y gominolas típicas españolas de la infancia
Chuches, gominolas, golosinas... Son otras formas de gastronomía que a todos nos vuelven locos de pequeños y a muchos también de mayores.
El otro día cuando oí el programa de "Hoy por hoy" de La Ser en el que intervino mi adorado Mikel Iturriaga hablando de este tema, no pude evitar ponerme nostálgica y acordarme de cuando los domingos mi madre me daba las 100 pesetas de rigor, un dineral que nos quemaba en la mano y que íbamos a dilapidar a la tienda de mi padre, que era el que más variedad de chuches típicas españolas tenía en el pueblo.
Escuchando este programa, pude darme cuenta como algunas golosinas han marcado y siguen marcando la historia de todos, y otras eran míticas de mi infancia en concreto pero no sé si hoy en día siguen estando de moda entre los niños.
Por ello, he decidido hacer una minilista con 15 gominolas que marcaron mi infancia y la de otros muchos niños españoles:
Golosinas típicas que marcaron mi infancia
➡️ El Fresquito
Un pedazo de chuche, lo tenía todo, piruleta, pica pica y su dosis de guarrería para tenerte distraído un ratillo. Lo que más molaba era fanatizarse a untar la piruleta y luego apañarse con el dedo todo el pica pica que sobraba de la bolsa.
➡️Los regalices rojos
Yo los negros siempre los he odiado (buag) pero los rojos... Ya fuera en tira larga, en tronquito relleno (mmmmm) o en el mítico disco enrollado, es una de las mejores chuches de la historia. El disco molaba más porque lo tenías que desenrollar.
➡️ Los Lacasitos
Esto sí que era una adicción total. Te puedes meter 20 sin enterarte. Yo doy fe, que una compañera trajo un bote de 50cm de alto x 10 cm de diámetro a la oficina, y duró menos de una semana. Y mi pregunta es ¿porque los marrones son los que se quedan los últimos?
➡️Los ositos
Si por algo Hariboo cumple 90 años. Estos son otros de los que te metes 50 al cinto y no te das ni cuenta. Yo recuerdo comprarlos en tiras blancas en los que venían 10, y qué buenos estaban, arggg...
➡️ Los jamones
Yo los llamaba jamones, se siente, aunque creo que la mayoría de la humanidad las llama nubes. Personalmente las odio, pero sé que muchos niños las adoran. Tengo que reconocer que cuando las quemas tienen su punto.
➡️ Los chupachuses Kojak
Comprarte uno te costaba 3 veces más que una chuche, pero merecía la pena. El momento en que se estaba acabando el caramelo y empezaba el chicle era brutal. Yo soy ultrafan de los de coca cola, pero para gustos los colores.
➡️ Los Bobaloo y los chicles Boomer
He decidido que en cuestión de chicles, tanto el uno como el otro merecen una destacada mención. El momento morder el chicle de Bobaloo de fresa ácida y que saliera el líquido despedido en la boca es lo más parecido en la infancia a tocar el cielo, aunque luego el chicle en sí era bastante purria y se quedaba sin sabor a los 5 minutos.
Para sabor, cómo no acordarse de los chicles Boomer, estaban buenísimos, y si realmente te gustaba mascar y hacer pompas, eran los que te comprabas aunque no vinieran pegatinas de fútbol, la barbie o la chorrada del momento que viniera en los cutrechicles de turno. Y ya si hablábamos de los ultralargos de un metro "Uahhh" cuando mi madre me compraba uno sentía que tenía un auténtico tesoro del que todos querían un poco. Pero ¡eh! sin pasarse :P
➡️ Los Flashes
Supongo que los llamaban así por que se acababan en un abrir y cerrar de ojos. Pero si los helabas, eran casi como un Calippo y mucho más barato. Mi hermana era una auténtica adicta y recuerdo que a mi madre le parecía fantástico de que entre todas las cerdadas se hubiera viciado a esta, al menos bebía agua. Qué recuerdos.
➡️ Los Peta Zetas
Jo, entre lo buenas que estaban y que explotaban en tu boca, ¡eso sí que molaba! Además, era lo más cercano que teníamos a jugar con la ciencia sin acabar heridos en el intento. Eso sí, tenías que comerlas con cuidado ya que si acababas pringando el sobre empezaba a explotar solo y se te fastidiaba el invento.
Sacar la lengua llena de petazetas en la oreja más cercana era una de las picias más míticas e inocentes que llevábamos a cabo siempre que teníamos ocasión.
➡️Las lenguas de pica pica
¡Buah, qué ricas! Aún hoy en día cuando me entra el antojo nunca faltan en mi bolsa chucheril. Las había de varios sabores y larguras, y cuanto más finas mejor saben. Recuerdo además un gran auge de las chuches de pica pica cuando era pequeña. Te dejaban el paladar destrozado, pero daba igual.
➡️ Los Conguitos
Somos los conguitos, y estamos requetebien... Como decía Mikel en el programa, aunque los anuncios no eran lo más políticamente correcto del mundo, a nosotros sólo nos importaba lo buenos que estaban, y tampoco es que entendiéramos mucho. Mi padre tiene un bote enorme en la pastelería y aún cuando voy a casa le cojo "destranjis" un puñado, muajajjajaj (sonrisa malvada).
➡️ Los Sugus
Cuenta la leyenda que cuando era muy pequeña la única manera para hacerme amiga de un mayor desconocido era dándome un Sugus. Mis preferidos son los rojos y los morados, y como sabéis, el que el azul sea de piña sigue siendo un misterio de la humanidad.
Es el caramelo más preciado que te pueden tirar en una cabalgata, y tengas 20, 30 o 60 años te lanzas a por ellos como si no hubiera un mañana alegando "es que es para el niño..." Ya ya... No te lo crees ni tú.
➡️ Las frutas de chuche
Las de la marca Dulciora, ya fueran fresas, plátanos, manzanas... La consistencia de pica pica suave por fuera y lo buenas que estaban al morderlas las convierte en una de las mejores chuches de la historia. Hoy en día ya no se consumen tanto, es una pena, y cada vez que encuentro unas fresas de gominola de esas con pica pica siento que tengo 7 años otra vez y me ha tocado la lotería.
➡️ Los Maskys
Una especie de palotes aplanados y alargados de varios sabores, los de coca cola eran lo mejor, aunque los de fresa y tutifrutti también molaban. Podías correr el riesgo de que según donde los compraras estuvieran más duros que una piedra y te dejaras la dentadura, pero una vez que conseguías masticarlos estaba resuelto.
➡️ Las moras
Conozco mucha gente que es adicta a estas gominolas. La gente prefiere siempre las de un color u otro aunque saben exactamente igual, mi hermana y yo hicimos el experimento de comerlas con los ojos tapados y constatamos científicamente que era así.
Y las que me faltan... Los palotes, los escalofríos, los caramelos pez, los corazones, los melones de chuche, las dentaduras...
Y para ti, ¿cuál era tu chuche típica favorita?. Porque ser goloso es lo mejor, que me lo digan a mí.